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San Caralampio en la Pilita Seca

  • César Pérez/Amín Guillén
  • 13 jul 2016
  • 2 Min. de lectura


Hace muchos años, en 1918, Comitán vivió una de las pesadillas más horribles de su historia. El enemigo a vencer era invisible y mortal.


Mientras en las calles y viviendas desoladas los habitantes lloraban el desprendimiento de sus hijos, esposas, padres o abuelos, la peste avanzaba terriblemente. Noviembre y diciembre de ese año fueron los meses más fatales, más de doscientas personas perdieron la vida, hasta que ‘sacaron’ de su nicho a San Caralampio para encontrar consuelo ante terrible mal, y el ‘abogado contra las pestes y los vientos contagiosos’ fue llevado por las calles de aquel Comitán diezmado. Así lo indica la historia y la leyenda de ese barrio con olor a lana, a rebozo, a servilletas limpias y recién elaboradas, a faldas, blusas, pantalones y camisas.


Fueron tiempos de solidaridad, los momentos de angustia reafirmaron la fe en los habitantes del pueblo, se estrecharon lazos de amistad, surgieron nuevos valores, y el respeto por la vida se mostró renovado ante el nuevo día que iluminó el horizonte.


Nadie pensó que noventa años después, en 2009, regresaría el mal, dejando varios ‘caídos’ en la ciudad. Sin embargo, según la versión de don Gerardo Domínguez y doña Emilia Hernández Abarca, habitantes del barrio de la Pilita Seca, la devoción a San Caralampio fue lo que salvó a su nieto de la mortal enfermedad, y desde ese día nació la promesa de adorarlo en agradecimiento al milagro concedido.


Es así, que con joven tradición de cinco años, la familia Domínguez Hernández lleva a cabo una procesión trasladando a cuestas al santo griego, desde el barrio mencionado hasta una propiedad del barrio de Los Desamparados, al oriente de Comitán, donde la multitud de invitados agradece los milagros de ‘Tata Lampo’. Nuestro “Santo Mártir” lo adquirimos en Guatemala y hace como cinco años que iniciamos su adoración… En este mes lo realizamos, porque mi nieto, el mayor, enfermó de influenza y San Caralampio lo salvó. Entonces le ofrecimos, en cualquier día de julio, hacer la procesión y desarrollarle su novena.

Aquí algunas imágenes…



 
 
 

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